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11 agosto 2005

El tesoro del amazonas se llama Rosario.

Tesoro_del_amazonasNo vi El Tesoro del Amazonas (The Rundown, 2003) de Peter Berg en los cines porque la verdad es que no encontré tiempo para ver una película que no me tenía muy buena pinta. Me alegro de haberme equivocado y comprobar, más vale tarde que nunca, que sin ser una maravilla, bien merecía el precio de la entrada.

La película nos cuenta la historia de Beck (The Rock), un experto en "recuperar cosas" (deudas de dinero y similares) al que su jefe encarga traer del amazonas a Travis (Seann William Scott), su hijo descarriado. Allí se verá envuelto en la lucha por la libertad de los habitantes del lugar que trabajan como esclavos en una mina propiedad de Hatcher (Christopher Walken).

Estamos ante una producción de aparente bajo presupuesto y con cierta vocación de serie B, lo que teniendo en cuenta su presupuesto de 85 millones de dólares nos da una idea de lo loco que está el mundo del cine estadounidense.

El único objetivo de una cinta de estas características es el entretenimiento puro y duro, salpicado con dosis de humor para hacerla accesible a un mayor rango de público. No puedo sentirme decepcionado al ver esta película porque todo eso es precisamente lo que ofrece. Nada más, eso sí, pero nada menos. Las escenas de acción no pasarán a la historia del cine pero están bien rodadas y no abusan en exceso de esos saltos imposibles que Matrix puso de moda y que en la película de los Wachowski tenían sentido pero en todas sus imitadoras no. El humor resulta a veces algo simplón aunque tiene sus detalles también de cierta sutileza: ver a Arnold Schwarzenegger cruzándose en una discoteca con The Rock y deseándole suerte es un simpático guiño a la retirada del cine del musculoso Terminator y a su posible sucesión en el trono de acción por parte de The Rock.

Los actores aportan exactamente lo que esperamos de ellos en una producción de este tipo. Incluso un actor como Seann William Scott no me resulta demasiado molesto esta vez, The Rock está correcto, Christopher Walken muestra su faceta algo excedida pero que siempre vale la pena ver y Rosario Dawson llena la pantalla con una belleza animal difícil de encontrar en el mojigato Hollywood actual. Si evoluciona como actriz puede convertirse en una de las grandes estrellas del cine estadounidense. Que los protagonistas se preocupen del tesoro teniendo cerca a Rosario Dawson resulta casi incomprensible (presiento que este comentario me costará una colleja).

Resumiendo, una película adecuada para pasar una tarde de verano entretenida sin romperse la cabeza y, eso sí, sin pedirle peras al olmo.

Valoración: 6 sobre 10.