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18 agosto 2005

Extrañas (y pésimas) coincidencias.

huckabeesEl otro día fui al cine a ver Sin City pero la suerte no estaba de mi parte y la sesión empezaba mucho más tarde de lo previsto así que, para que el viaje no fuese en vano, me metí a ver Extrañas coincidencias (I Heart Huckabees) de David O. Russell, director de la interesante Tres Reyes. No resultó ser una buena idea.

La película trata la historia de Albert (Jason Schwartzman) que contrata los servicios de Vivian (Lily Tomlin) y Bernard (Dustin Hoffman), dos investigadores filosóficos, para que descubran el sentido de unas coincidencias que han sucedido en su vida.

No sé por dónde empezar a contar el tremendo despropósito que representa esta película. Uno de sus principales defectos, que no son pocos, es que es aburridísima. Lo que sucede es tan absurdo y, lo peor, tan estúpido que el espectador no se llega a interesar por nada de lo que acontece en pantalla. El guión no tiene pies ni cabeza, está lleno de presuntos chistes que no hacen gracia (salvo quizás en un momento o dos no me reí en toda la proyección) y uno no sabe bien si se están riendo de la presunta profundidad de los personajes o es que realmente la película está llena de filosofía barata. El reparto, pese a ser realmente bueno, nada puede hacer para levantar un proyecto tan malogrado y los actores parecen contagiarse del desastre general. Es una pena verlos deambular por una película en la que nada funciona.

Lo único que me gustó un poco fue la banda sonora de Jon Brion. Me pregunto si habrán elegido al compositor para traer a la memoria ecos de esa obra maestra titulada Magnolia, para la que también compuso su banda sonora.

Resumiendo, aún a riesgo de aparentar estar viviendo una semana de sentimientos extremos, tengo que otorgar a la película el primer calificativo de bodrio de la historia de este blog.

Valoración final: 0 sobre 10.