Hasta luego y gracias por el pescado.

He ido a ver una de las películas más esperadas por menos gente de los últimos tiempos. Sí, lo sé, parece una paradoja pero creo firmemente que no lo es. La película es La Guía del Autoestopista Galáctico de Garth Jennings. Los libros de Douglas Adams en los que se basa la película son, posiblemente, un mito para aquellos amantes de la ciencia-ficción humorística que han tenido ocasión de leerlos. Pero no nos engañemos, ese público es ciertamente reducido y la película se ha saldado con un fracaso comercial, no estrepitoso pero fracaso a fin de cuentas.

La película nos cuenta como Arthur Dent (Martin Freeman) está intentando que su casa no sea derruida por la construcción de una autopista cuando recibe la visita de su buen amigo Ford Prefect (Mos Def) quien confiesa ser un extraterrestre y que el planeta Tierra va a ser derruido por la construcción de una autopista intergaláctica. Ambos escaparán de la tierra siguiendo los sabios consejos de La Guía del Autoestopista Galáctico, imprescindible para viajar por la galaxia. Pero sus aventuras no han hecho sino comenzar...

Cualquiera que haya leído alguno de los libros de la saga se dará cuenta de la enorme dificultad de realizar una adaptación de una historia que, por un lado requiere unos grandes efectos especiales y, por otro, tiene su punto fuerte en un humor surrealista y metafísico a la vez, lleno de finas ironías y bromas que no son para todos los públicos. Era muy difícil unir lo grandilocuente de la historia con lo intimista de su humor. Me parecía una misión casi imposible encontrar el tono adecuado y lo cierto es que creo que no lo han logrado. ¿Es una comedia? ¿Un film de ciencia-ficción? ¿Una película de aventuras? Es complicadísimo realizar una buena película partiendo de esa indefinición genérica (un ejemplo clásico de película que cabalga con éxito entre varios géneros es Star Wars) y lo cierto es que no lo han conseguido.

Además del tono de la película, falla también el ritmo que resulta cansino y algo lento en la primera mitad para remontar el vuelo conforme avanza la trama y, sobre todo, al aparecer el personaje de Bill Nighy ( Slartibartfast, para los que conozcan la historia).

Me da pena especialmente porque en la película están presentes muchas de las buenas ideas que estaban en el libro. Y lo cierto es que son ideas realmente geniales (la tierra derruida para construir una autopista galáctica o un robot maníaco-depresivo entre otras) pero que hubiesen necesitado de alguien con mucho más talento al frente del proyecto para hacerlo llegar a buen puerto.

Pese a ello es una película para pasar un rato entretenidillo (sin más) y disfrutar, sobre todo, de dos o tres momentos delirantemente divertidos (presentes en el libro), de unos 20 minutos finales realmente interesantes y de un comienzo (número musical con delfines incluído) que hace esperar algo más de una película que se queda en tierra de nadie.

Valoración final: 5 sobre 10.