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06 marzo 2006

"Buenas noches y buena suerte" de George Clooney

posterTras debutar como director de cine con la más que correcta "Confesiones de una mente peligrosa" nos llega, precedida de un rotundo éxito crítico que la ha colocado entre las más nominadas en la edición de los Oscars de este año, "Buenas noches, y buena suerte" (Good Night, and Good Luck.); la nueva película de George Clooney.

La película, con guión del propio Clooney y de Grant Heslov, cuenta el enfrentamiento público que tuvieron el presentador de televisión Edward R. Murrow y el Senador Joseph McCarthy durante la época de la caza de brujas en los Estados Unidos.

Tengo que llamar la atención sobre el pésimo estado del sonido de la copia que yo vi, en los cines Ideal Yelmo Cineplex de Madrid, que me impidió disfrutar totalmente de la película. Pese a ello la verdad es que lo pasé bien porque el film tiene virtudes realmente difíciles de encontrar en el cine actual.

La primera de ellas es la concisión narrativa. La película dura 93 minutos y nos cuenta un episodio bastante pequeño de la llamada caza de brujas. Es una historia sencilla en la que se nos cuenta estrictamente aquello que necesitamos saber para comprenderla. Ni más ni menos.

La otra virtud es la enorme pasión que el Clooney director ha invertido en el proyecto. Se nota que el tema le interesa porque se toma muy en serio el hacernos llegar la denuncia del vacío intelectual que está produciendo la televisión moderna y los peligros de la falta de libertad de expresión. Se lo toma tan en serio que cabe la posibilidad de que a algunos el mensaje les resulte demasiado claro, demasiado explícito, porque a veces (especialmente al principio y final de la cinta) parece que asistimos a una disertación sobre esos temas. También influye el deliberado tono documental que Clooney imprime a la película que llega hasta el punto de que hay personajes reales que vemos en imágenes documentales que aparecen más que algunos de los actores protagonistas.

Para que tantas imágenes documentales encajen mejor con el resto de la película se ha tomado la decisión de filmar en blanco y negro. Decisión que es totalmente acertada porque consigue dotar a la cinta de una espectacular atmósfera gracias a la excelente labor del director de fotografía Robert Elswit. Era muy raro ver a Edward R. Murrow sin un cigarrillo y, hay que reconocer que el humo del tabaco en el cine, cuando está bien fotografiado, crea un ambiente difícil de imitar (por cierto, Murrow murió de cáncer de pulmón a los 57 años).

Aunque parezca un contrasentido, por la mencionada pasión que Clooney ha puesto en el proyecto, la película resulta un poco fría en parte debido a tanta imagen de archivo y a ese (deliberado) tono documental. Puedo entender que haya gente que se llegue a cansar de ver tanta imagen de archivo aunque a mí no me sucedió así (por los pelos).

He dejado para el final el tema de las actuaciones porque, aunque todos los actores realizan trabajos notables, David Strathairn realiza una composición brillante del personaje. Se trata de un actor que me gusta desde hace muchos años cuando me llamó la atención su magnetismo en películas como La Tapadera, Los Fisgones y Passion Fish. Creo que hace tiempo que se merecía un reconocimiento mayor y parece que le ha llegado el momento. Gane o no gane el oscar es muy posible que comience una nueva etapa en su carrera que seguiré muy atento.

Tan atento como seguiré a George Clooney que, si sigue así, no ha hecho sino comenzar una carrera como director que dará muchas alegrías a los espectadores de todo el mundo.

Valoración final: 8 sobre 10


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